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Cada niño, cada niña, tiene su manera de “vivir”, de interpretar su entorno y, por lo tanto, su propia manera de expresarse. Mediante los materiales que les ofrecemos irán descubriendo paulatinamente que se puede expresar desde distintas perspectivas, crear sus propios códigos de imágenes, de colores, de formas, etc. Siendo todo ello un paso previo para la adquisición del lenguaje oral.La vida cotidiana y el entorno (natural y social) están llenos de oportunidades para buscar, mirar, ver, aprender y experimentar con los colores. Para los ojos de los niños el color constituye un estallido de vida. Aparecen todos al mismo tiempo, con sus tonos, valores, gamas y variaciones cromáticas. Y es así como los niños los han de conocer; es decir, han de poder probarlos, verlos, aprenderlos y experimentarlos sin limitaciones.
Una sesión en nuestro taller
Cuando se llega a l espacio preparado para la nueva propuesta (cartones grandes sobre el suelo, cuentos con pintura de diferentes colores y una bandeja con pinceles), se les informa al grupo en la parte de fuera de la valla las normas para dicha actividad: el uso de baby y descalzarse. Una vez que los hilos están listos, se da inicio a la libre exploración. Todo el grupo se dirige rápidamente hacia la zona de experimentación excepto Álvaro, el que comunica al adulto un sentimiento de "miedo" y decide permanecer sentado próximo a la zona de juego observando al resto de sus iguales. Al poco tiempo, se le propone volver al aula con Mario ya que no muestra ninguna iniciativa de acercarse a experimentar con la nueva propuesta. Las primeras acciones que realizan todos en general, es coger un pincel y realizar diferentes trazos sobre el soporte de papel y/cartón. Aroa, Lola, Keira y Sheila se muestran algo cohibidas y realizan acciones tranquilas... según va transcurriendo la sesión van tomando mayor confianza con la actividad propuesta pero destaco especialmente el proceso que vive Lola, la que comienza de esta manera, después usa como "lienzo" a María y finaliza pintándose ella mima sus propios pies. Fernando y María según va transcurriendo la sesión, nuestra mayor entusiasmo con dicho material, se muestran muy cómodos y experimentan todo tipo de acciones desde el trazo con utensilios, hasta "desmenelarse" cubriéndose de pintura por las partes del cuerpo y observar el resultado plasmado sobre el papel de sus acciones como las huellas... María al final del taller busca la complicidad con Lola, a la que con sus acciones, incita a Lola a vivir esa experiencia de sentir la pintura en su propia piel. Sergio se incorpora a la actividad más tarde (cuando llega del C.A.T), desde el principio muestra interés por la actividad, se involucra en el juego junto a María y Lola imitando algunas de sus acciones y comunicando al adulto verbalmente sus acciones "Mamen, pie".